Moros i Cristians
Moros i Cristians
Beneixama celebra del 6 al 10 de septiembre sus fiestas de Moros y Cristianos en honor a la patrona de la Villa , la Divina Aurora. Son, sin duda, las fiestas de mayor importancia que anualmente celebra nuestra población.
La configuración de nuestro esquema festero tiene su origen en la generalización de la celebración de Moros y Cristianos al norte de la provincia de Alicante a finales del S.XVIII o principios del S.XIX, siendo herederas de la antigua “soldadesca”. Aspectos militares de la misma se han sabido guardar con especial pureza y rigor en todos nuestros actos.
Otro pilar de las fiestas de Beneixama, es la devoción a nuestra patrona, la “Divina Aurora”. En 1821, José Parra, Salvador Vera y Vicente Luna vuelven con sus carros de comerciar. Atravesando la llanura manchega, una fuerte tormenta les sorprende en medio de la noche. Temiendo por su vida, imploraron su protección a la virgen de “la aurora”. En ese momento cesó la tormenta y vieron una extraña luz, una “aurora boreal”. Una vez en Beneixama comenzaron una veneración que hoy da título al patronazgo de nuestra población.
Con estos dos elementos, soldadesca y veneración a la “Aurora” nacerían nuestras fiestas de Moros y Cristianos en las primeras décadas del S. XIX. Las fiestas de Biar serán un referente, ya que desde 1803 ya se celebran “embajadas” en la población vecina. Beneixama asumiría la estructura festera de la población a la que perteneció eclesiásticamente hasta 1777 y civilmente hasta 1795. Desde ese momento las fiestas de San Juan que se venían celebrando desde al menos el S. XVI pasarían a un segundo plano.
Los tres primeros documentos que atestiguan la celebración de Moros y Cristianos en nuestra población son de 1839,1840 y 1841. El de 1839 es un artículo del seminario pintoresco Español, en el mismo se describen las fiestas de Biar y se citan como otros pueblos donde se celebran de modo similar fiestas de Moros y Cristianos a Alcoi, Onil y Beneixama. El texto encontrado de 1840 es una reglamentación de nuestras fiestas, donde se establece para ese año quien desempeñará el papel de moro, quien el de cristiano, así como la forma de elección de capitán y alférez. Por último, el documento datado en 1841 es el célebre escrito en el que D. Miguel Payá y Rico, que con el tiempo llegará a ser cardenal primado de España, describe los actos de inauguración de la actual iglesia parroquial, y en el que apunta ya con total normalidad que “todos los días hubo Moros y Cristianos menos el último”, haciendo referencia a los días 7, 8 y 9 de septiembre de aquel año. Recordemos que por estas fechas todavía no son muy comunes estas fiestas en las poblaciones de alrededor, así en Bocairent no comienzan los Moros y Cristianos hasta 1859, en Ontinyent hasta 1860 o en la vecina Villena no comenzarán hasta 1845.
Los prolegómenos festeros se inician con la festividad de San Juan, se puede consultar los datos de esta fiesta en su apartado correspondiente. Pero es el mes de agosto en el que se intensifican los preparativos. Mediado el mes se presenta el cartel y revista de fiestas, y cada domingo de agosto se celebran los tradicionales “Porrats”, meriendas que se sirven en ” los masets” o sedes sociales de las entidades festeras, en los mismos se ultiman los preparativos de las ya cercanas fiestas.
Cuatro son los entes festeros que participan en nuestras fiestas. Tres del bando crisitiano; Cristianos, Estudiantes y Labradores. Y una por el bando Moro. Cada uno participará en “les entraetes”, desfiles que se celebran en las noches del 31 de agosto al 3 de septiembre. Los últimos actos previos a los días grandes son el concierto de música festera, ofrecido por nuestra Sociedad Musical ” La Pau ” cada 4 de septiembre y en la noche del 5 de septiembre la cena del festero y la primera verbena.
El 6 de septiembre o “Día de L’entrà” se espera con entusiasmo y ansiedad. A las 12 del mediodía el rezo del ángelus y la posterior “Moguda de les músiques” dará el pistoletazo de salida a cinco días de tradición, música, pólvora y fiesta. La tarde viene cargada de actos. El primero de ellos nos dará una idea de la importancia de la “soldadesca” en nuestra fiesta. Se trata de la presentación de armas al presidente de la Filà de Cristians. Para más detalle de estos actos se puede consultar en esta página el documento “La fiesta paso a paso”. La entrada se prolongará durante toda la tarde desgranando todas las sorpresas que los festeros de Beneixama han ido preparando durante todo un año para propios y visitantes. Más de 35 bandas de música con más de 1600 músicos, boatos, carrozas de intendencia y obsequios, un censo de más de 700 festeros socios y más de 400 festeros acompañantes. El público podrá disfrutar cada tarde del 6 de septiembre de un espectáculo formado por más de 2700 personas en una población con un censo que ronda los 1800 habitantes. La noche da paso a la solemnidad del traslado de la patrona, tras la interpretación del motete “Estrella de la mañana”, la “Divina Aurora” será entronizada en el altar mayor con el canto de la ” Marcha Rural Aurora”, ambas escritas en 1931 con música de Manuel Parra y letra de José María Milán.
El día 7 de septiembre es denominado “Primer día”, ya que junto con el día 8 y 9 forman el núcleo original de nuestras fiestas, el día de la entrada fue de incorporación posterior. Los tres días centrales comienzan con una estructura similar, tras la diana se celebrará la presentación de armas al capitán del día (capitán que ostenta la titularidad del castillo). Celebrado dicho acto eminentemente marcial y militar, las comparsas i filaes entrarán desfilando hasta los pies de la patrona, guardando un cuidado ritual en la eucaristía heredado de generación en generación. Tras la “misa de companyies”, ” el rogle” mostrará a la puerta de la iglesia el acto más representativo de la antigua “soldadesca”. La mañana finaliza con la colorida ofrenda de flores a la patrona, acto incorporado en 1983 en sustitución del pasacalle de mediodía que si se sigue celebrando al mediodía del día 8 y 9.
La tarde se vuelve bronca, con la “serreta” y “la guanyada del Castell” Beneixama muestra su atracción levantina por la pólvora. Junto con los arcabuces, “Los Cops” toman la calle las tardes del 7 y 8 de septiembre. Se trata de arcabuces con una capacidad de carga tres veces superior a los normales, disparan al suelo generando una detonación redonda y de importante sonoridad que sorprende a cuantos presencian el acto. Otro aspecto a destacar son los textos de las embajadas actuales, verdadero tesoro que se representa por primera vez en el año 1872 y que fueron escritas por el afamado poeta local Juan Bautista Pastor Aycart. En 1878 se incorporó la tercera embajada, que describe la conversión del moro al cristianismo, muy acorde con las corrientes románticas y cristianas de la época. La última de ellas cierra nuestra particular trilogía festera en la tarde del 9 de septiembre. Una vez finalizada la misma se baila en la torre del castillo la bandera de la Filà de Cristians, (con la cruz de San Andrés bordada, como emblema de la “soldadesca”, por los cargos festeros en señal de la paz alcanzada. Un alegre y colorido desfile cierra la tarde junto con carrozas que reparten caramelos a los asistentes. Este desfile, al igual que los pasacalles del día 8 y 9 suponen los actos que con un menor rigor y seriedad pueden disfrutar los festeros. Mención aparte merece “la retreta”, acto de origen militar que en la noche del día 7 de septiembre ha devenido en un divertido acto de disfraces, del mismo cabe destacar los ya tradicionales “numerets”. Igualmente, todas las noches del 5 al 10, en el recinto de la piscina municipal, se celebran verbenas con grupos de primer nivel.
Los máximos honores quedan reservados a nuestra patrona, la “Divina Aurora”, los portadores de la imagen, la escolta y del palio que la cubre en cada una de las tres procesiones son tareas reservadas a los festeros por turno rotativo. La Sociedad Musical ” La Pau ” de Beneixama interpreta en los desfiles marchas lentas heredadas de la Banda del Real Cuerpo de Alabarderos, cuyo valor musical e histórico es incalculable para los entendidos del patrimonio musical bandístico. “Els Morterets” resuenan a la entrada y salida de la imagen en el templo parroquial. Las banderas se bailan en su honor a la entrada al templo el día de su patronazgo. Y todo el pueblo con enorme fervor la acompaña en la noche del 9 de septiembre cuando mirando fijamente a su pueblo entra y sale dulcemente tres veces del portal de su ermita en una emotiva despedida.
El día 10 de septiembre de 1943 la comparsa de estudiantes comenzó a celebrar una misa de comparsa propia dado el poco protagonismo que hasta ese momento esta comparsa, creada en el año 1924, había tenido en los actos centrales de las fiestas. Dicho día se ha transformado en un día más de celebración y alegría para la población. De forma desenfadada e irónica se reproduce una divertida batalla entre Moros y Cristianos, destacando especialmente el valioso texto de la embajada escrito por el poeta local José María Milán.
Las fiestas concluyen, sólo queda la novena a la virgen y las tradicionales danzas. Un año más, Beneixama habrá cumplido la tradición, el orgullo de la herencia recibida, la satisfacción de los rituales guardados como si fueran leyes, el sentimiento de pertenencia y el valor de ofrecer en este mundo globalizado unas fiestas con una idiosincrasia propia y única. Beneixama ya prepara las próximas fiestas de Moros y Cristianos en honor a su patrona la “Divina Aurora”.
Manuel J. Amorós Silvestre