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Historia de Beneixama

Beneixama es un pueblo del cual hemos podido encontrar testimonios de la época islámica (como su nombre indica), aunque será con la conquista de Jaime I cuando se incorporará al nuevo reino de Valencia y a la civilización occidental.

Después de varios avatares históricos, frutos de guerras diversas, sobretodo la de Sucesión, Beneixama conseguirá su independencia definitiva en las postrimerías del siglo XVIII.

A pesar de ello, la guerra del Francés supondrá un nuevo golpe a su demografía, de la cual no se recuperará hasta finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Durante todo este pasado siglo, Beneixama conseguirá una gran prosperidad y expansión gracias al empuje de sus habitantes y a la fecundidad de su valle, sobretodo la famosa manzana de Beneixama y la producción vitivinícola, de la almendra y el aceite.

Actualmente, la localidad dispone d uno de los mayores huertos solares de Europa y un tejido humano e industrial que la han hecho entrar con buen pie en el siglo XXI.

“Beneixama en sus orígenes. Época antigua y siglos medievales”.

Algunos historiadores mantienen la tesis de que en época antigua ya existían algunos asentamientos a lo largo del Valle de Beneixama. Ramón Martí Castelló destaca la importancia estratégica del valle como vía de comunicación, ya en tiempos de los romanos. Así, en la Edad Media, ya existían dos caminos que hoy conservan su trazado original. Nos referimos al “Camí de Caudet” y al “Camí de Xàtiva”. Entre los caminos de nuestro valle, nos interesa uno al que atribuimos una importancia especial porqué pensamos que sería el más antiguo o el más importante de este sector, y que se remontaría, a los inicios de la época romana. Aquí, con la Vía Augusta1, enlazaría otro camino secundario de largo recorrido y que discurre por nuestro valle. Se trataría del camino viejo que desde Caudete iba a Beneixama o, más allá, hasta Alcoi. Es esta una hipótesis que cuenta con pruebas arqueológicas contundentes. Cuando pasa por Beneixama, siguiendo la calle Cardenal Payá, el camino viejo de Caudete adopta la denominación popular de “camí dels Molins” y se dirige hasta el Salze. Cerca de la balsa de riego de Beneixama también se han encontrado restos de un establecimiento de época íbero-romana. La sucesión de estos yacimientos romanos y la persistencia del itinerario confirman la vigencia durante más de dos mil años del “camí de Caudet”. Existen otros yacimientos a lo largo de este camino y a su paso por el valle de Beneixama, que están en proceso de estudio, y que verán la luz próximamente. Incluso, se certifica la sucesión de varias culturas en un mismo lugar, encontrándose restos de cerámica romana y musulmana, en el mismo lugar. Otro camino importante, citado en época medieval por algunos geógrafos musulmanes como al-Udri (en época de los Reinos de Taifas), y, al-Idrisi (hacia la mitad del siglo XII, terminando el periodo almorávide), es el trayecto Murcia – Valencia. Existe un interesante trabajo de José Luis Pons y José Juan Puig, que versa sobre este importante camino en época medieval. Partiendo de Biar cruza el río Vinalopó cerca del Salze y, después de la “Venta”, enfila la “Rambla” para atravesar toda la Sierra de la Solana hasta llegar hasta Ontinyent. Se dirige hasta Xàtiva, y si el recorrido es en sentido contrario, es decir, desde Ontinyent en dirección hacia Beneixama, se conoce como el “Camí de Biar”.

Hay otro aspecto puesto de manifiesto por algunos historiadores locales, y es la importancia del agua en el desarrollo de estas comunidades antiguas. La gran mayoría de estos asentamientos, se localizan cerca del Vinalopó. Es posible que el agua llegara muy cerca de donde estaban sus casas cuando el río estuviera en su época de crecida, e inundara las tierras que posteriormente serían sembradas. Desconocemos ciertamente la antigüedad de las acequias que aún se conservan. Según Sergi Selma, la acequia madre pudo construirse a lo largo del siglo XIII, no encontrándose ningún antecedente de construcción hidráulica anterior a esa fecha, o sea, en época romana.

Las primeras noticias documentales que tenemos sobre Beneixama nos hacen remontarnos a la Edad Media. Existe constancia de un asentamiento catalano-aragonés en este territorio, en el año 1248, a tenor de las fuentes escritas. El nombre del pueblo se menciona por primera vez en el Llibre del Repartiment.

El propio topónimo denota un origen musulmán2 . El nombre de Beneixama ha sido estudiad o por diversos filólogos que han dado opiniones diversas. A falta de un estudio serio y riguroso sobre el topónimo árabe, contamos con la breve aportación de Joan Coromines, muy parecida a la de la arabista, Carmen Barceló, en la que se concluye que Bäni- o ben äsSahmi, significaría “hijos de las tierras fértiles”. La fertilidad de la tierra, su gran aprovechamiento para la práctica de la agricultura, sería determinante a la hora de situarse para formar un pequeño núcleo de población. Hay que tener en cuenta que el río Vinalopó queda a muy poca distancia de Beneixama y atraviesa todo el valle del mismo nombre. Benixàmer sería en sus orígenes una alquería islámica, un asentamiento andalusí cerca de un río. La relación de este asentamiento con el agua es puesta de manifiesto en el Llibre del Repartiment. Los recursos hídricos que deparaba el lugar serían aprovechados mediante una red de acequias, de la que existen testimonios a lo largo del llamado carrer de la Sèquia, actualmente calle Cardenal Payá, y que también llegó a conocerse como carrer dels Molins. En las concesiones de tierra después de la conquista se pone de manifiesto la cualidad del territorio. Sería en sus primeros momentos de formación musulmana un lugar habitado por una comunidad de campesinos libres e independientes, una comunidad rural solidaria como tantas otras que se formaron en el Sharq al-Andalus . La otra interpretación del topónimo Beneixama pensamos que ha quedado un tanto desfasada. Se trata de la aportación de Asín Palacios. Según la base árabe, los Bani Xaima serían los descendientes de un clan familiar que vinieron a habitar estas tierras desde un lugar desconocido del orbe musulmán.

Si bien es escasa o nula la documentación de origen árabe sobre Beneixama, encontramos bastantes referencias posteriormente en la época cristiana. Como antes apuntábamos, en el Llibre del Repartiment encontramos las primeras referencias documentales. Así, aparecen las primeras donaciones o repartimientos. Las primeras concesiones de tierra (la más importante), en donde aparecen los primeros pobladores cristianos, se otorgaron el 26 de mayo de 1248:
“A Romeu de Castalla, cuatro jovades4 de tierra en la alquería de Benixàmer; y otros treinta y nueve pobladores, compañeros tuyos, tres jovades de tierra a cada uno de ellos en la misma alquería, y sendas casas allí mismo, francas y libres, a cada uno de ellos; y a ti, Romeu, unas casas en Xàtiva, francas y libres. 26 de mayo”. 

La segunda concesión se produce el 24 de junio de 1248:

 “A Sancho Jiménez d´Embit, la torre que se llama (de) Negret5 , cerca de Beneixama; y diez jovades de tierra de regadío en el término de la misma torre, por heredad propia, franca y libre; de manera que no lo venda en vida y que, después de su muerte, la ceda a una persona parecida a él que tenga la residencia en el Reino de Valencia; y que venda las posesiones que tenga en otro lugar y compre aquí, al cabo de un año, resida aquí”.

Una tercera se otorgó el 4 de agosto de 1248, aunque es posible que no se llegase a extender el correspondiente documento de propiedad:

  “A Ramón Español, cinco jovades en Benixamar, y unas casas allí mismo. 4 de agosto”. 

Hay constancia de la existencia de una cuarta concesión:

  “A Pere Ballester, y a sus seis compañeros, tres jovades de tierra a cada uno en Beneixama”. 

A juicio de J.L. Pons y J.J. Puig, la alquería de Beneixama tendría un núcleo urbano muy reducido. Estaría delimitada por la acequia, el “Assagador”, el camí de Caudet, y la actual avenida de Ramón y Cajal. La población estaría rodeada por algún tipo de cerca, y al lado de la torre estaría la única puerta de entrada. A las afueras del pueblo se encontrarían algunas casas ubicadas al lado de la acequia6.

 

La población catalano-aragonesa que se asentó en Beneixama en 1248, tuvo unos primeros años, hasta 1276, de continuo crecimiento y desarrollo. El rey Jaume I intentó en sucesivas ocasiones, consolidar definitivamente la frontera meridional, con la llegada de nuevos colonos. Hay dos hechos bastante significativos que van a marcar el futuro de estas tierras. Por un lado, la firma del Tratado de Almizra (1244), y también, la conquista de Biar (1245). El tratado lo firmaron las coronas de Castilla y Aragón con el fin de delimitar las tierras que quedarían para cada una de ellas, después de finalizar la conquista. La toma del castillo de Biar, suponía el fin de la expansión de los catalano-aragoneses, que habían puesto límites a su expansión un año antes con la firma del pacto de Almizra. 

Abundan los documentos y pergaminos medievales en relación con nuestra población. La primera mención de la torre de Beneixama (ahora en proceso de reconstrucción), la encontramos en un documento fechado en el año 1254, concretamente en un documento típico de aprobación de cuentas. En otro escrito de mayo de 1262 se habla otra vez de la misma fortificación. El documento versa sobre la aprobación de las cuentas presentadas por Arnau de Montsó de las rentas de los castillos y villas de Almizra y de Benixamar. No obstante, los escribanos del siglo XIII no solían distinguir la torre del resto de la alquería de Beneixama, y se refieren al conjunto de la misma, torre y viviendas como un todo homogéneo. Anteriormente, en 1258, se dio un solar a Ximén Pérez de Foces en “la alquería de Beneixama”, y el 26 de septiembre de 1259, Jaume I encargó a Juan Sánchez de Tudela que recogiera las rentas de Beneixama y de todos sus términos para ayudar a saldar la deuda que la Corona tenía contraída con él. Así mismo, el 15 de abril de 1261, el monarca concedió a Gil Sánchez de Alagón las rentas del castillo de Almizra y del lugar de Beneixama. Abunda la documentación medieval en estos años centrales del siglo XIII. El monarca está empeñado en consolidar la tierra de frontera, y además, tiene que hacer concesiones de renta a ciertos señores por falta de dinero en las arcas reales. Los castillos y alquerías son custodiados, defendidos y arrendados a caballeros que pudieran hacerse cargo de ellos. A cambio percibían las rentas de los mismos.

Otro de los documentos medievales más importantes, al margen de los ya citados, es el de la llamada “Carta Pobla”. Por lo que respecta a la carta puebla de Beneixama, hay que apuntar que la comparte con Biar, Almizra, Negret y Benizamaio. Aparece la cantidad ofrecida a los pobladores. Se otorga en 1280. Los encargados de las poblaciones de estas villas y lugares serían Domènec de Vilanova i Soriano de Montagut, seguramente de origen catalán. Los encargados por parte del rey de examinar las tierras de Beneixama que iban a poblarse de nuevo, o en su caso, a recibir nuevos pobladores, fue Jaume de Linares, y el notario encargado de expedir la carta Pere de Bonastre. Se realizó con la obligación de pagar seis sueldos anuales por jovada. Una medida hecha para atraer nuevos pobladores. Fue concedida por Pere el Gran, hijo y heredero de Jaume I. Afectó sobre todo a la población de Biar, ya que todos sus sarracenos fueron deportados a Vila-Real. De todos modos, sería en 1276, con el nombramiento de Gil Martín de Oblitis como señor de Beneixama, cuando se intenta verdaderamente consolidar la frontera al sur del Xúquer, después de la desaparición de al-Azraq. Una vez eliminado el peligro que suponía el caudillo musulmán, la situación trata de normalizarse, intentando atraer nuevos repobladores.

A lo largo del siglo XIV, florecerá en nuestro valle una cultura ancestral: la del agua. A través de la canalización de las aguas del río Vinalopó, se desarrollará una red de molinos hidráulicos, muy bien estudiados por Ferre Puerto en su libro: “Aproximació a la història de Beneixama: 1245-1850”. En tiempos de los Oblites, Beneixama empieza a consolidarse como importante núcleo harinero. Larga relación de esta familia con nuestro pueblo. Aproximadamente ciento cincuenta años, hasta el año 1419. En este año, Martín de Oblites y Luis de Oblites ceden los molinos que tenían arrendados al rey a la Villa de Biar, y venden al rey Alfonso el Magnánimo el lugar de Beneixama. Pasa de una relación de señorío a otra de realengo. En 1448, el mismo rey Alfonso el Magnánimo le concedería el título de villa.

Otra de las noticias destacables referente a estos siglos bajo-medievales, es la del otorgamiento del derecho a tener capilla en la población. Según Sanchis Sivera, el obispo Ramón Gastón concede en 1341 el establecimiento de una “capilla y fuente bautismal”. Noticia importante, ya que esto ayudaría a la consolidación del núcleo medieval.

Sería interesante destacar, la pervivencia de culturas que quedaron en franca minoría después de la conquista cristiana. Tenemos constancia documental de que permanecieron, al menos un cierto tiempo. Incluso pudieron igualar en número a los nuevos colonos. Así ocurrió también en Biar hasta su posterior destierro a finales del siglo XIII. Es de suponer que, en el caso de Beneixama, los mudéjares continuarían habitando el valle, pero ahora en situación precaria, trabajando las tierras de los colonos. El día 28 de junio de 1258 se produce una donación a Ximen Peris de Foces de una plaza en Beneixama.

En el mismo documento, aparece la referencia de “casas para sarracenos”. Así, en el mismo documento, aparecen los nombres de anteriores propietarios “moros”: Jayel Anayat y Alí Abengaful. Es posible que existiera alguna pequeña aljama en nuestra población después de la conquista. También encontramos documentada la presencia de otras “minorías”, como es el caso de un judío, de nombre Hebraïm Abenjuz “juez de la alquería de Beneixama”. Otro dato importantísimo que revela la posibilidad de pequeñas aljamas en nuestra población, en este caso, un pequeño núcleo de población judía.

Y ya para terminar esta síntesis de la Beneixama en los siglos medievales, sería interesante comentar la cuestión del supuesto despoblamiento de Beneixama a finales de la Edad Media o principios de la Edad Moderna. Hoy en día algunos documentos nos hacen inclinarnos a pensar que no existió tal despoblación. Hay que tener en cuenta que el lugar pasó a depender de Biar a efectos administrativos, aunque no en lo concerniente a los asuntos eclesiásticos. Tenemos noticias conservadas en el Archivo Parroquial de Biar sobre la ermita de “Sant Joan de Beneixama”. Hay un interesante artículo de Ramón Belda Díez que habla de la citada parroquia, y da la referencia de la visita de San Juan de Ribera a la parroquia de Beneixama. La visita se hizo en 1569. Por lo tanto, es fácil pensar que la existencia de una parroquia en el siglo XVI, albergara a un pequeño número de habitantes que no abandonarían el lugar a pesar de su dependencia directa de Biar, hasta 1795.

Los molinos de Beneixama, conocidos como molins de Tior7 ,según la cartografía, constituyen un buen ejemplo de poblamiento del Valle, a finales de la Edad Media y a lo largo del siglo XVI. En el siglo XVII, desde 1620 hasta 1655, tributan a la corona, bajo la denominación de “Molins de Beneixama”, doce molinos. Pero esto queda aplazado para un próximo capítulo, ya que queda fuera del ámbito medieval.

1 Antigua vía o calzada romana que enlazaba Roma con Cádiz, que por esta zona seguía el valle paralelo de “Alforins” para ir a salir cerca de Caudete, antes de dirigirse por Villena y el curso medio del Vinalopó hasta Elda y Elche. Parece ser que el recorrido exacto de la Vía antigua discurría entre los términos actuales de Fontanars y de Sax.

2 Para el caso de la toponimia puede consultarse los interesantes trabajos de SARRIÓ I BELLOD, F.: “Beneixama: una decisió valenta”, Revista de Fiestas de moros y cristianos, 1995, págs. 54-55; y también los de GASCÓ I NAVARRO, F.: “Testimonis escrits del topònim Beneixama”, Revista de Fiestas de moros y cristianos de Beneixama, 1995, págs. 56-57.

4 La jovada equivaldría en la actualidad a tres hectáreas de terreno.

5 La donación se refiere a la torre que se encuentra en las proximidades del Salze, concretamente en la actual finca “la Torre”. Se encuentra en un buen estado de conservación gracias a que sus propietarios actuales la mantienen como una estancia más de la casa.

6 Ver el croquis realizado por PONS y PUIG: “Beneixama en el Llibre del Repartiment”, en Revista de Fiestas de Moros y Cristianos de Beneixama, 2003; pág. 79.

7 En el mapa sobre el Reino de Valencia editado en la ciudad flamenca de Amberes, por Abraham Ortelius en el año 1585, encontramos una población con el nombre de “Molins de Tior”. Identificamos este lugar de “Tior” como Biar. Existen varios errores en este mapa que nos inclinan a pensar que el cartógrafo pudo cometer varios fallos al transcribir la nomenclatura. Aparece también “Benallopa” por Vinalopó, o, “Becayrent”, por Bocairent.